"La Pregunta de Sofía"
Sofía era una niña curiosa, con grandes ojos llenos de sueños y una lista interminable de preguntas sobre el mundo. Pero este año, algo le preocupaba. Cuando llegó el momento de visitar a Santa Claus, no estaba tan emocionada como de costumbre.
Se sentó en las rodillas de Santa, pero en lugar de contarle sobre los juguetes que quería, lo miró con seriedad.
—Santa, ¿por qué a veces los deseos no se cumplen? —preguntó con un tono triste.
Santa la miró con sorpresa, ajustando sus lentes mientras buscaba la mejor respuesta.
—¿Qué quieres decir, pequeña?
—dijo con una sonrisa suave.
Sofía bajó la mirada.
—He pedido muchas cosas...
pero no son juguetes.
Este año pedí que mi abuela estuviera mejor.
Y no pasó nada.
¿Es porque no fui lo suficientemente buena?
Santa quedó en silencio por un momento. Era difícil ver la tristeza en una niña tan pequeña.
—Oh, Sofía... —dijo finalmente—, hay deseos que no dependen de mí. A veces, lo mejor que podemos hacer es dar amor y cuidar a quienes nos rodean, porque eso también es magia.
Sofía asintió, aunque no parecía del todo convencida. Se bajó de las rodillas de Santa, pero antes de irse, miró hacia atrás una última vez.
—Entonces... ¿no hay nada que pueda hacer?
Santa le sonrió con ternura.
—Siempre hay algo que puedes hacer, Sofía. Nunca subestimes lo que una sonrisa, un abrazo o unas palabras amables pueden lograr. Esa es una magia más poderosa de lo que imaginas.
Esa noche, Sofía entendió que algunos milagros no están en las manos de Santa, sino en las suyas.
Y aunque no todas sus preguntas tenían respuesta, decidió que no dejaría de pedir ni de creer en la magia del amor y la bondad.
Los deseos a veces no se cumplen por muchas razones, y esto puede ser difícil de aceptar. Aquí algunas posibles explicaciones:
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Tiempo y circunstancias: A veces los deseos no se cumplen porque el momento o las condiciones no son las adecuadas. El universo, la vida, o incluso las personas a nuestro alrededor pueden tener su propio ritmo, y lo que deseamos puede no ser lo mejor para nosotros en ese momento.
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Lecciones que aprender: Muchas veces, los deseos no cumplidos nos enseñan lecciones importantes. Nos ayudan a crecer, a ser más fuertes, a valorar lo que realmente es importante o a aprender la paciencia y la perseverancia. No obtener lo que queremos a veces puede ser una oportunidad para un crecimiento personal.
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Expectativas y realismo: Algunos deseos pueden no cumplirse porque son muy grandes o poco realistas, dado el contexto en que vivimos. A veces, es necesario ajustar nuestras expectativas a lo que realmente es alcanzable y no perder de vista nuestras metas más cercanas.
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Elección y libre albedrío: Las personas a nuestro alrededor también tienen sus propios deseos y decisiones. Si bien podemos desear algo con todo el corazón, otras personas pueden tomar decisiones que cambian el curso de los eventos. Las relaciones y el libre albedrío son factores que influyen en lo que sucede.
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Oportunidades mejores: A veces, lo que no se cumple en nuestros deseos puede ser una señal de que algo mejor está por venir, algo que ni siquiera habíamos imaginado. La vida tiene una forma de sorprendernos cuando menos lo esperamos.
No cumplir un deseo no significa que se haya fracasado, sino que tal vez el camino hacia lo que realmente necesitamos aún está por descubrirse.
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