He encontrado este cuento de Mamerto Menapace que nos hace reflexionar sobre el trabajo en equipo y sobre todo nos deja claro que siempre tenemos que destacar, descubrir nuestras cualidades y dejar atrás lo que opinan de nosotros.
No pensar en nuestros posibles defectos y creer en nuestro potencial. Cada persona llevamos internamente oculto unas cualidades que hacen que seamos únicos y que además si lo compartimos en equipo podemos llegar a ser verdaderamente increíbles.
ASAMBLEA EN LA CARPINTERÍA
Cuentan que en la carpintería hubo una vez una extraña asamblea.
Fue una reunión de herramientas para arreglar sus diferencias.
El martillo ejerció la presidencia, pero la asamblea le notificó que tenía que renunciar.
¿La causa? ¡Hacía demasiado ruido!
Y, además, se pasaba el tiempo golpeando.
El martillo acepto su culpa, pero pidió que también fuera expulsado el tornillo; dijo que había que darle muchas vueltas para que sirviera para algo.
Ante el ataque, el tornillo aceptó también, pero a su vez pidió la expulsión de la lija.
Hizo ver que era muy áspera en su trato y siempre tenía fricciones con los demás.
Y la lija estuvo de acuerdo, a condición de que fuera expulsado el metro que siempre se la pasaba midiendo a los demás según su medida, como si fuera el único perfecto.
En esto entro el carpintero, se puso el delantal e inició su trabajo.
Utilizó el martillo, la lija, el metro y el tornillo. Finalmente la tosca madera, se convirtió en un fino mueble.
Cuando la carpintería quedó nuevamente sola, la asamblea reanudó la deliberación.
Fue entonces cuando tomó la palabra el serrucho, y dijo:
-"Señores, ha quedado demostrado que tenemos defectos, pero el carpintero trabaja con nuestras cualidades. Eso es lo que nos hace valiosos.
Así que no pensemos ya en nuestros puntos malos y concentrémonos en la utilidad de nuestros puntos buenos ".
La asamblea encontró entonces que el martillo era fuerte, el tornillo unía y daba fuerza, la lija era especial para afinar y limar asperezas y observaron que el metro era preciso y exacto.
Se sintieron entonces un equipo capaz de producir muebles de calidad. Se sintieron orgullosos de su fortaleza y de trabajar juntos.
Ocurre lo mismo con los seres humanos.
Observar y lo podéis comprobar.
Cuando en una empresa el personal busca a menudo defectos en los demás, la situación se vuelve tensa y negativa. En cambio al tratar con sinceridad de percibir los puntos fuertes de los demás, es cuando florecen los mejores logros humanos.
Es fácil encontrar defectos, cualquiera puede hacerlo. Pero encontrar cualidades, eso es para las personas superiores que son capaces de inspirar los éxitos humanos.
Tú puedes ser ese tipo de personas, encuentra cualidades en ti y en el equipo, destacar defectos no sirve para nada, aprovecha las cualidades y nada te podrá parar.
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