miércoles, 30 de julio de 2014

La unión hace la fuerza





Tres hermanos reñían a causa de las tareas que les había encargado su padre.

 El mayor estaba parado junto a la puerta del establo, agitando con enojo los brazos. 
El segundo, frente a él, blandía el puño en un acceso de ira.

 Y el tercero estaba recostado contra el pozo, con las manos metidas en los bolsillos y en el rostro un aire terco y malhumorado.


El granjero vio reñir a sus hijos y salió de la casa con tres pesados palos atados formando un haz.

-¡Hijos! -les gritó-.
 Si tenéis tiempo para hacer una pausa en vuestra reyerta, quiero que tratéis de romper estos palos.

Los tres hijos lo intentaron, sucesivamente, apoyando el centro del haz en las rodillas y haciendo presión, con las manos, por los extremos. Pero la madera era resistente y no quería romperse.

Entonces, el granjero desató la cuerda que unía los palos y, tendiendo un palo a cada uno de sus hijos, les dijo:
 -¡Ahora, intentadlo!

Desde luego, cada joven partió en dos su palo, fácilmente.

-Como veis, hijos míos, si sois como los palos separados, cualquiera podrá romperos
 -dijo el granjero-. 
Pero, unidos, seréis suficientemente fuertes para soportar cualquier infortunio, y vuestra tierra prosperará.

Cuando se trabaja en equipo y unidos se pueden llegar a objetivos increíbles.

Son tres las cosas que le diría a un equipo para ayudarlo a mantenerse unido:

 Cuando algo resulta mal: 
yo lo hice. 
Cuando algo resulta mas o menos bien: 
nosotros lo hicimos. 

Cuando algo resulta realmente bien: 
ustedes lo hicieron.

Cuando el trabajo de un gran líder concluye, 
la gente dice ¡lo hicimos!

Trabajar en equipo divide el trabajo y multiplica los resultados.


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