miércoles, 30 de julio de 2014

¿Qué haces con tus problemas?



El carpintero que había contratado para ayudarme a reparar mi vieja granja,
 acababa de finalizar su primer día de duro trabajo. 


Su cortadora eléctrica se había averiado, 
y le había hecho perder una hora de su trabajo, 
y ahora su antiguo camión se negaba a arrancar.


Mientras lo llevaba a su casa, permaneció en silencio. 
Una vez que llegamos, me invitó a conocer a su familia.
Mientras nos dirigíamos a la puerta,
 se detuvo brevemente frente a un pequeño árbol, tocando las puntas de las ramas con ambas manos.
Al entrar en su casa, ocurrió una sorprendente transformación. 
Su bronceada cara sonreía plenamente.
 Abrazó a sus dos pequeños hijos y le dio un beso a su esposa. Posteriormente me acompañó hasta el coche.

Cuando pasamos cerca del árbol, sentí curiosidad, y le pregunté acerca de lo visto cuando entramos.

- "Ese es mi árbol de los problemas", 
contestó. 
- "Sé que yo no puedo evitar tener problemas en el trabajo, pero hay algo que es seguro: 
los problemas no pertenecen ni a mi casa,
 ni a mi esposa, ni a mis hijos. 
Así que, simplemente,
 los cuelgo en el árbol cada noche cuando llego. Después, por la mañana los recojo otra vez. 

Lo más divertido es que... 
cuando salgo a la mañana a recogerlos,
 ni remotamente encuentro tantos como los que recordaba haber dejado la noche anterior."



Reflexión:
Buen relato que nos hace pensar en que nuestros problemas deberían ser aparcados en un compartimento,
armario, percha, alfombra de la entrada, un cajón, un árbol, donde retomarlos cuando tengamos tranquilidad y estado de ánimo para poder resolverlos adecuadamente, 
seguro que cuando calmadamente.
 Nos enfrentamos a ellos en el lugar y momento adecuados no sólo podemos verlos de una manera distinta sino que podremos encontrar soluciones que en caliente y bloqueados no se nos habían ocurrido. 

Toma ejemplo y plantéate hacer lo mismo que en el relato, dejar los problemas colgados no para que crezcan sino todo lo contrario,
 tomate una pausa, 
 coge fuerzas para seguir adelante y mañana será otro día, disfruta y aprovecha los buenos momentos, recuerda que vida solo tenemos una.

El tener problemas, son una forma de ser mejor cada día. ¡Atrevete a enfrentarlos!



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