lunes, 30 de diciembre de 2024

Relato de "El Niño y El Arbolito.

"El pequeño Efrén esperaba con ansias la llegada de Diciembre, un mes que le traía la ilusión de ayudar a sus padres a decorar la casa para la Navidad. Aunque solo tenía 7 años, disfrutaba especialmente adornar el árbol de Navidad, pues bajo él, cada 25 de Diciembre, aparecían los regalos de Santa Claus para él y sus hermanitas de 3 y 2 años.
Ese año, sin embargo, Efrén tenía una misión especial: descubrir cómo era realmente Santa Claus. Hablando con sus amigos, había escuchado que iluminar el camino hacia el árbol podía ayudar a Santa a encontrar el lugar perfecto para dejar los regalos. Su casa, como era costumbre, apagaba el árbol antes de ir a dormir por precaución, pero Efrén pensó en una forma de sortear ese obstáculo.
El 24 de Diciembre, la familia celebró Nochebuena en casa de la abuela. Regresaron antes de la medianoche, agotados: las pequeñas ya estaban dormidas, su padre había trabajado doble turno el día anterior y su madre había pasado todo el día cocinando. Subieron a los niños a su cuarto, y pronto todos en la casa cayeron en un sueño profundo. Todos, excepto Efrén.
Con su plan en mente, Efrén bajó a la sala donde el árbol se alzaba en la oscuridad. Encender las luces del árbol no era una opción, ya que eran musicales y sus padres se darían cuenta. Tampoco quería prender la luz principal, pues temía que los vecinos, que aún celebraban, pudieran notarlo. En su lugar, tomó una vela de la cocina y la colocó cerca del árbol, sobre el tapete que lo rodeaba.
Se recostó en el sillón, decidido a esperar a Santa Claus. Sin embargo, el cansancio lo venció, y pronto se quedó dormido. La vela, pequeña y frágil, se consumió rápidamente, encendiendo el tapete y desatando un incendio que envolvió el árbol y el cuarto en cuestión de segundos.
Por fortuna, los vecinos vieron el humo y corrieron a la casa con cubetas de agua, gritando para despertar a la familia. Los padres, alarmados, lograron sacar a las pequeñas del cuarto, pero no encontraron a Efrén. Los bomberos llegaron rápidamente, sofocando las llamas, pero descubrieron el cuerpo quemado de Efrén en el sillón, en la misma posición en que había caído dormido. Nunca despertó.
El dolor fue insoportable. Durante dos años, los padres de Efrén evitaron decorar la casa para Navidad. Las niñas, aunque pequeñas, parecían conscientes de la ausencia de su hermano, especialmente en Diciembre.
A menudo miraban fijamente el lugar donde solía estar el árbol, como si algo invisible ocupase ese espacio.
En el tercer Diciembre tras la tragedia, las niñas sorprendieron a sus padres una noche al decirles que habían visto a Efrén en la sala. “Dice que se siente culpable por quemar el árbol,” comentó la mayor. “Está parado ahí, donde siempre estaba el árbol, y quiere saber si puede decorarlo otra vez.”
Con el corazón encogido, los padres abrazaron a sus hijas. Aunque incrédulos, miraron al lugar indicado y, en voz alta, dijeron: “Efrén, tú no estás castigado, cariño. Mañana decoramos el árbol.”
Al día siguiente, compraron adornos y un árbol de navidad, el cual colocaron en su lugar de siempre. Aunque la tristeza seguía presente, algo en la atmósfera se sintió diferente, más ligero. Desde entonces, los vecinos comenzaron a contar historias extrañas: veían por la ventana de la sala la figura de un niño parado junto al árbol, observándolo con ternura. Algunos decían que su presencia llenaba la casa de una calma inesperada.
La familia nunca dejó de decorar el árbol en Navidad, y aunque el dolor por la pérdida de Efrén nunca desapareció por completo, encontraron consuelo en creer que él seguía con ellos, iluminando sus noches navideñas con un amor que ni la muerte pudo apagar.

"Padres, recordemos que la seguridad de nuestros hijos siempre es lo más importante. Evitemos dejar velas, cerillos o cualquier objeto peligroso a su alcance. Además, moderemos las fantasías como Santa Claus; a veces, en su inocencia, los niños pueden tomar decisiones riesgosas intentando hacerlas realidad. La magia de la Navidad puede estar en los momentos compartidos en familia, sin necesidad de riesgos."

"El amor trasciende la muerte y perdura en los actos que nos unen como familia. Efrén, con su inocencia y su deseo de traer alegría, nos enseña que incluso en la tragedia puede nacer una luz que nos guía hacia la reconciliación con el pasado. La Navidad no solo se trata de regalos o tradiciones, sino de honrar los lazos de amor que construimos con quienes amamos, estén presentes o no. Y aunque a veces cometamos errores en nuestra búsqueda por hacer algo especial, lo más importante es el cariño y la intención detrás de cada acto."

martes, 24 de diciembre de 2024

"La Navidad de Max"

Clara había pasado toda su vida esperando la Navidad. Desde pequeña, adoraba la calidez de las fiestas, las luces brillando en las casas del vecindario, la nieve cayendo suavemente y el aire fresco lleno de esperanza. Pero esta Navidad, había algo que no era igual.

Su compañero de toda la vida, Max, un perrito pequeño de orejas caídas y ojos llenos de ternura, ya no estaba como siempre. Aunque Clara lo había cuidado con todo su amor, Max, quien siempre había sido tan enérgico y juguetón, ya no podía moverse como antes. Sus pasos eran lentos y su mirada, más apagada. Clara sabía que algo no estaba bien, pero no quería aceptar que su querido amigo se estaba despidiendo.

El 24 de diciembre, mientras la familia de Clara preparaba la cena y decoraba el árbol, Max se recostó junto a la chimenea, como siempre lo hacía. Clara lo abrazó y, con lágrimas en los ojos, le susurró:
—Te quiero mucho, Max. Siempre serás mi mejor amigo.

Esa noche, mientras la familia cantaba villancicos y compartía risas alrededor de la mesa, Max cerró los ojos por última vez. Clara, al principio, no entendió lo que había sucedido. Cuando fue a verlo, su corazón se rompió al darse cuenta de que su perrito ya no estaba con ella.

El dolor era inmenso. En medio de la Navidad, cuando todo debería estar lleno de alegría, Clara se sintió vacía. ¿Cómo podría celebrar sin Max a su lado? Pero mientras lloraba junto a él, recordó todas las maravillosas memorias que compartieron: los paseos por el parque, las tardes jugando en el jardín, las mañanas llenas de amor incondicional.

A la mañana siguiente, Clara, aunque triste, decidió hacer algo especial para honrar la memoria de Max. Salió al jardín y, con su madre, plantó un pequeño árbol de Navidad en su honor. Lo adornaron con luces y una estrella brillante en la cima. Mientras lo hacían, Clara sintió como si Max estuviera allí, guiándola con su amor.

El árbol de Navidad, pequeño y sencillo, se convirtió en el recordatorio de que, aunque Max ya no estaba físicamente, su amor seguía vivo en su corazón. Esa Navidad, Clara entendió que el amor de un animal nunca se va, que siempre lleva consigo los momentos que compartimos, y que aunque su perrito ya no podía estar presente, su espíritu siempre sería parte de su vida.

Moraleja:
El amor que compartimos con nuestros animales nunca muere, y aunque la tristeza de su partida es grande, lo que nos dejan en el corazón es un regalo eterno. La Navidad nos recuerda que el amor incondicional, tanto de los seres humanos como de los animales, sigue vivo a través de los recuerdos y el cariño que compartimos.

jueves, 19 de diciembre de 2024

"La Pregunta de Sofía"
Sofía era una niña curiosa, con grandes ojos llenos de sueños y una lista interminable de preguntas sobre el mundo. Pero este año, algo le preocupaba. Cuando llegó el momento de visitar a Santa Claus, no estaba tan emocionada como de costumbre.

Se sentó en las rodillas de Santa, pero en lugar de contarle sobre los juguetes que quería, lo miró con seriedad.
—Santa, ¿por qué a veces los deseos no se cumplen? —preguntó con un tono triste.
Santa la miró con sorpresa, ajustando sus lentes mientras buscaba la mejor respuesta.
—¿Qué quieres decir, pequeña? 
—dijo con una sonrisa suave.
Sofía bajó la mirada.
—He pedido muchas cosas... 
pero no son juguetes. 
Este año pedí que mi abuela estuviera mejor. 
Y no pasó nada.
 ¿Es porque no fui lo suficientemente buena?
Santa quedó en silencio por un momento. Era difícil ver la tristeza en una niña tan pequeña.
—Oh, Sofía... —dijo finalmente—, hay deseos que no dependen de mí. A veces, lo mejor que podemos hacer es dar amor y cuidar a quienes nos rodean, porque eso también es magia.
Sofía asintió, aunque no parecía del todo convencida. Se bajó de las rodillas de Santa, pero antes de irse, miró hacia atrás una última vez.
—Entonces... ¿no hay nada que pueda hacer?
Santa le sonrió con ternura.
—Siempre hay algo que puedes hacer, Sofía. Nunca subestimes lo que una sonrisa, un abrazo o unas palabras amables pueden lograr. Esa es una magia más poderosa de lo que imaginas.
Esa noche, Sofía entendió que algunos milagros no están en las manos de Santa, sino en las suyas.
 Y aunque no todas sus preguntas tenían respuesta, decidió que no dejaría de pedir ni de creer en la magia del amor y la bondad.

Los deseos a veces no se cumplen por muchas razones, y esto puede ser difícil de aceptar. Aquí algunas posibles explicaciones:
  1. Tiempo y circunstancias: A veces los deseos no se cumplen porque el momento o las condiciones no son las adecuadas. El universo, la vida, o incluso las personas a nuestro alrededor pueden tener su propio ritmo, y lo que deseamos puede no ser lo mejor para nosotros en ese momento.

  2. Lecciones que aprender: Muchas veces, los deseos no cumplidos nos enseñan lecciones importantes. Nos ayudan a crecer, a ser más fuertes, a valorar lo que realmente es importante o a aprender la paciencia y la perseverancia. No obtener lo que queremos a veces puede ser una oportunidad para un crecimiento personal.

  3. Expectativas y realismo: Algunos deseos pueden no cumplirse porque son muy grandes o poco realistas, dado el contexto en que vivimos. A veces, es necesario ajustar nuestras expectativas a lo que realmente es alcanzable y no perder de vista nuestras metas más cercanas.

  4. Elección y libre albedrío: Las personas a nuestro alrededor también tienen sus propios deseos y decisiones. Si bien podemos desear algo con todo el corazón, otras personas pueden tomar decisiones que cambian el curso de los eventos. Las relaciones y el libre albedrío son factores que influyen en lo que sucede.

  5. Oportunidades mejores: A veces, lo que no se cumple en nuestros deseos puede ser una señal de que algo mejor está por venir, algo que ni siquiera habíamos imaginado. La vida tiene una forma de sorprendernos cuando menos lo esperamos.

No cumplir un deseo no significa que se haya fracasado, sino que tal vez el camino hacia lo que realmente necesitamos aún está por descubrirse.

miércoles, 11 de diciembre de 2024

EL REGALO DE PERDONAR A PAPÁ

Siempre quise saber lo que había detrás de
la famosa frase de Facundo Cabral
"No soy de aquí ni soy de allá...",
y cuando lo supe, amé esta historia que ahora
les cuento y que tanto tiene qué ver con un
sentimiento tan noble como el amor:
El perdón.
El padre de Facundo Cabral se fue de casa antes
de que este naciera. Luego Sara, la madre de
Cabral, fue echada junto a sus pequeños hijos,
y Facundo no tuvo un techo donde nacer, de ahí
lo de “No soy de aquí ni soy de allá”.
Nació en una de las calles de La Plata, como
presagio de lo que más adelante la vida le
depararía: sinsabores, lucha y mucho aprendizaje,
como preparando al gran apóstol musical para
un camino que ni su absurda muerte detendría.
Una noche, tras terminar un concierto, Facundo
con 46 años encima, se llevó una gran sorpresa,
en el pasillo lo esperaba su padre. “Lo reconocí
porque era igual a la foto que mi madre siempre
había guardado, pero con el pelo cano.
Lo reconocí en el acto porque siempre vi esa
foto”, contaba Cabral. “Mi padre era muy apuesto.
Todo lo contrario a mí, era muy elegante.
Estaba allí y me quedé congelado”.
Este era el primer encuentro con su padre,
¿se imaginan la tormenta de emociones,
pensamientos y nervios que azotaban dentro de
aquel hombre que paseaba su música por el
mundo pregonando la paz, el perdón y el amor?
¿Qué hacer?
Un día Cabral dijo sobre su padre:
“Mi padre agotó el odio que había acumulado en
mí, lo odié profundamente, había dejado sola a
mi madre con siete hijos.
Murieron cuatro de hambre y frío.
Tres sobrevivimos de milagro”.
Y ahora estaba frente a él, con todo el derecho de
decirle lo que su corazón guardaba.
En ese momento, el recuerdo de las palabras
de su madre retumbaron en su cabeza:
“Tú que caminas tanto, algún día te vas a
encontrar con tu padre.
¡No cometas el error de juzgarlo!
Recuerda el mandamiento:
honrarás al padre y a la madre.
Segundo, ese hombre que vas a tener enfrente
es el hombre que más amó, más ama y más
ha amado tu madre.
Tercero, lo que corresponde es que le des un
abrazo y las gracias porque por él estás
gozando las maravillas de Dios en el mundo.”
El desenlace de este encuentro lo cuenta el
mismo Facundo:
“Por eso cuando vi a mi padre nos acercamos,
nos abrazamos y fuimos grandes amigos hasta
el final de sus días. Aquella vez me liberé, dije:
‘Mi Dios, qué maravilloso es vivir sin odio’.
Me costó años perdonar y pude hacerlo en un
segundo.
Y me sentí tan bien”.
Facundo Cabral.

Perdonar a un padre que los abandonó desde pequeños libera el corazón del peso del rencor, permitiendo sanar y avanzar con paz y fortaleza.

Un hombre que abandona a sus hijos no solo se aleja físicamente, sino que pierde la oportunidad de construir un vínculo único, dejando heridas que el tiempo no siempre puede sanar. Ser padre implica responsabilidad, amor y presencia.

sábado, 7 de diciembre de 2024

El Grinch

La verdadera historia del Grinch,
el personaje anti Navidad más famoso
del mundo.
La Navidad tiene muchos personajes,
dependiendo del lugar del mundo, de los que Papá Noel o Santa Claus es el más conocido.
Pero, también hay una criatura verde que cada año nos roba el corazón: el Grinch. Este particular personaje verde, nos ha llegado a través de su versión cinematográfica.

La historia de El Grinch
La historia del Grinch trata de una criatura que odiaba la Navidad. El personaje, verde y peludo, vivía en una cueva en la cima de una montaña, alejado de Villaquién y, especialmente, de los ruidosos preparativos navideños que le causaban gran antipatía.
El Grinch, que detestaba la compañía humana y sus alegres celebraciones, solo compartía su hogar con su perro Max. Durante las celebraciones navideñas se molestaba más de lo habitual, sentía gran envidia de que los habitantes de la villa pudieran estar tan felices durante esas fechas.
Por esto, el Grinch planeó bajar al pueblo y robar los regalos para arruinarles la Navidad a todos, pero no contó con la curiosidad de Cindy Lou, una pequeña de la villa que decidió ayudarlo porque descubrió que de niña fue blanco de burlas por su aspecto.
Sintiendo pena del Grinch, y sabiendo que ella era la única que entendía su problema, Cindy Lou lo invita a una fiesta en el pueblo, pero el alcalde, quien de pequeño era quien siempre se burlaba de él, volvió a ridiculizarlo frente a todos.
Triste y avergonzado, el personaje verde no dudó en continuar con su plan: robarse la Navidad. Para ello, el Grinch se puso el traje rojo de Papá Noel, vistió a su perro de reno con una gran nariz colorada y se montó a un trineo para visitar los hogares del pueblo y llevarse los regalos y adornos del arbolito.
Sin embargo, el Grinch ?
descubrió que, a pesar de haber conseguido robar todos los regalos y adornos de Villaquien, la alegría navideña llegó igualmente. Entonces, se dio cuenta de que la Navidad es mucho más que cosas materiales.

Su corazón se hizo tres veces más grande,
devolvió todo lo que se había robado,
y fue recibido afectuosamente en el pueblo.

Más allá de las diversas adaptaciones de este clásico navideño, lo importante es que el mensaje que trasciende de "el Grinch" es de unión y amor, sacando del centro los obsequios que muchas veces se roban el protagonismo en épocas donde el consumismo amenaza con reemplazar los afectos.

Pero ellos y él se dan cuenta de que la Navidad está en sus corazones, no bajo sus árboles.

El Grinch es un símbolo de cómo el espíritu navideño puede transformar incluso a los más gruñones, y su historia sigue siendo un recordatorio de que la verdadera alegría de las fiestas no está en los regalos, sino en los lazos humanos.

¿cuál es la original historia de este
monstruo anti-navidad?
La película está basada en el cuento
"Cómo el Grinch robó la Navidad"
que nació en 1957 de la pluma del escritor y caricaturista estadounidense Theodor Seuss Geisel, más conocido como Dr. Seuss.
El autor se propuso a hacer una crítica al consumo navideño, que ya desde esa época caracterizaba al festejo de diciembre.
Es una historia llena de humor y un mensaje sobre el verdadero espíritu navideño.

Adaptaciones y legado
La historia ha sido adaptada múltiples veces:
Especial animado (1966):
Un clásico televisivo narrado por Boris Karloff.
Película de acción real (2000):
Protagonizada por Jim Carrey como el Grinch.
Película animada (2018):
Una versión moderna producida por Illumination Entertainment.

jueves, 5 de diciembre de 2024

La Nochebuena

Hace muchos años, en un pequeño pueblo de México, vivía una pequeña niña. Cada año los habitantes del pueblo acudían a la iglesia con regalos para celebrar el nacimiento del Niño Jesús.

Debido a que la pequeña niña y su familia eran muy pobres, aquel año no podría llevar ningún presente. Esto la ponía muy triste. Aún así decidió salir a visitar al niño Jesús. En el camino veía cómo todas las personas caminaban cargando grandes y hermosos regalos. Esto la hizo sentir muy triste y comenzó a llorar inconsolablemente. De pronto, escuchó una voz que le dijo: «No llores más, toma un poco de hojas de aquel arbusto y llévalas como presente al Niño Jesús».

La pequeña tomó aquellas hojas verdes y continuó su camino. Al llegar a la iglesia se dio cuenta de que las hojas verdes habían cambiado de color y que se habían transformado en hermosas flores de noche buena
En ese momento comprendió que su regalo era el más hermoso pues era único y especial para el Niño Jesús.

En la tradición de darle regalos al Niño Dios en Navidad, lo más importante es ofrecer 
gestos simbólicos de amor, fe y compromiso espiritual

Regalos Espirituales Oración especial:
Dedicarle una oración familiar, 
con intenciones por los demás.
Buena acción: Hacer una obra de caridad o ayuda al prójimo en su honor.
Promesas: Ofrecer mejorar en un aspecto personal (como ser más paciente o solidario).
Gestos Simbólicos Flores o velas: Decorar el lugar donde esté la figura del Niño Dios con flores blancas o velas, como símbolo de pureza y luz.
Pequeños regalos hechos a mano: Manualidades como estrellas, adornos o coronas pequeñas que representen dedicación y amor.
Acciones para Celebrar en Comunidad Cantar villancicos: Reunirse con familia y amigos para cantarle villancicos.
Organizar una comida familiar: Dedicar la unión familiar a Él como agradecimiento.

El Niño Dios simboliza sencillez y humildad, así que cualquier gesto desde el corazón será un regalo perfecto. 

jueves, 28 de noviembre de 2024

✞ 𝐒𝐢𝐥𝐯𝐢𝐚 𝐏𝐢𝐧𝐚𝐥. ✞
Que en paz descanse
‘Una triste historia’: Muere Silvia Pinal,
Diva del Cine Mexicano y leyenda de la época de oro.
(12 de septiembre de 1931
( 28 de noviembre de 2024)​
La actriz nació el 12 de septiembre de 1931 en la ciudad de Guaymas, Sonora, bajo el nombre de Silvia Verónica Pinal Hidalgo. Desde corta edad manifestó interés por el canto y la actuación, aunque uno de sus primeros trabajos fue como secretaria en Kodak.
Fue una actriz mexicana, deja un legado de siete décadas en teatro, cine y televisión, en proyectos con directores como Luis Buñuel, Miguel Zacarías y Miguel M. Delgado.

¿Quién fue Silvia Pinal?
Silvia Pinal Hidalgo nació el 16 de septiembre de 1931 en Ciudad de México, siendo hija de María Luisa Hidalgo Aguilar y Moisés Pasquel. Su madre quedó embarazada de este último cuando apenas tenía quince años de edad. Él no quiso reconocerla, y Silvia no supo que era su papá hasta que tuvo entre nueve y diez años.

Por parte de su padre biológico tuvo tres medios hermanos, pero nunca se relacionó con ellos, ni con otros familiares de Pasquel. Cuando Pinal tenía cinco años de edad, su mamá se casó con Luis Pinal Blanco, un periodista, militar y político veinte años mayor que ella. El hombre reconoció a Silvia como su hija y le dio su apellido.
Los problemas de salud de Silvia Pinal
*Caída y cirugía (abril de 2020): la primera actriz fue hospitalizada después de sufrir una caída en su casa al tropezase con una alfombra. En aquel entonces, su familia pidió donadores de sangre para que fuera operada, intervención donde le pusieron una cadera de titanio.
*COVID-19 (diciembre de 2021): Fue hospitalizada de emergencia por arritmia cardiaca y presión baja relacionadas con el virus. Superó la enfermedad a mediados de enero de 2022.
*Silla de ruedas (mayo de 2022): Regresó al teatro utilizando una silla de ruedas debido a su estado de salud.
*Presión baja (mayo de 2022): En una presentación teatral sufrió un bajón de presión y no pudo continuar.
*Infección en vías urinarias (septiembre de 2022): Provocó un desequilibrio hidroelectrolítico. Recuperó su salud tras tratamiento médico.
*Cuadro de tos (finales de septiembre de 2022): Se especuló que era neumonía, pero esta hipótesis fue descartada.
*Influenza (diciembre de 2022): Fue hospitalizada por complicaciones respiratorias y dada de alta a finales de diciembre.
*Influenza y neumonía (diciembre de 2023): Hospitalizada por complicaciones respiratorias. Fue dada de alta el 31 de diciembre tras terapia pulmonar y rehabilitación física.
*Llaga en la espalda (marzo de 2024): Hospitalizada desde el 29 de febrero por esta afección. Recibió tratamiento y fue dada de alta el 11 de marzo de 2024.

Nuestro más sentido pésame a familiares, amigos y a toda la comunidad artística y publico en general que sufre hoy de esta gran pérdida. Que en Paz Descanse.

sábado, 31 de agosto de 2024

10 pasos para sanar a nuestro Niño Interior herido


Nuestra niña o niño interior herido puede llegar a dominar nuestra vida por completo desde su vacío y dependencia emocional, su inseguridad, sus reacciones emocionales automáticas, sus miedos, su necesidad de control, sus adicciones y un largo etc…
¿Cómo saber si estamos actuando y reaccionando desde la niña interior herida?
Cuando actuamos desde la niña herida solemos hacer o decir cosas de las cuales luego nos arrepentimos.
Cuando actuamos desde la niña interior no hay control, no estamos decidiendo lo que hacemos y decimos, sino que actuamos de forma compulsiva e impulsiva.

Cuando actuamos desde la niña reaccionamos de forma automática y en muchas ocasiones de forma descontrolada y desproporcionada contra las personas equivocadas y más vulnerables: nuestros propios hijos.
Cuando actuamos desde la niña nos solemos sentir mal internamente.
Cuando actuamos desde la niña no vemos ni sentimos al otro. Estamos pendientes de nuestras necesidades sin tener en cuenta las del otro.
Cuando actuamos desde la niña estamos buscando la aprobación y la mirada del otro, pero de forma desplazada, desesperada y en ocasiones de forma violenta.
Cuando actuamos desde la niña interior herida estamos mostrando y actuando desde nuestra sombra y desde nuestra herida primaria de infancia.
¿Deseas Sanar la Herida Primaria de tu niña Interior Herida?

Paso 1:
La toma de conciencia: saber que lo que nos pasó siendo niños no solamente nos afectó entonces, sino también hoy como adultos. Para poder comprender qué nos pasa hoy, necesitamos revisar, saber, comprender y aceptar qué nos pasó siendo niños. Lo que tuvimos que reprimir, anestesiar, negar, ignorar, mandar a la sombra e incluso olvidar siendo niños se nos actualizará (manifestará) y saldrá siendo adultos de forma automática o desplazada a menos que esté resuelto o sanado. Tomar conciencia nos permitirá empezar a aceptar nuestra verdad. La verdad no es buena ni mala, la verdad es la que es. La verdad nos liberará y nos sanará.
Paso 2:
Nombrar los hechos y nuestras necesidades: nuestra identidad se construye a partir de lo que ha sido validado y nombrado. Dar voz a la realidad infantil del niño o niña que fuimos es urgente y vital. Con ayuda externa, o sin ella, es vital nombrar la verdad de nuestra vivencia desde el punto de vista del niño que fuimos para poder liberarnos y sanarnos. En muchas ocasiones necesitaremos de algo o alguien (la figura de un testigo, terapeuta, libro, curso…) que nos ayude a conectar, ver y sentir a ese niño-a que fuimos para permitirnos darle voz y liberarle y sanarle. Cuando nombramos los hechos, nuestras necesidades y le damos voz es cuando empieza a dejar de necesitar dominar nuestra vida.
Paso 3:
Aceptar y no negar ni minimizar: Aceptar que nuestra infancia no fue todo lo feliz que nos contaron o que hemos preferido creer es muy doloroso. También duele aceptar que nuestras necesidades infantiles y juveniles más básicas, primarias, emocionales, espirituales, sociales e incluso intelectuales no pudieron ser satisfechas o acompañadas como legítimamente esperábamos y necesitábamos. Reconocer y aceptar que no fuimos amados (incondicionalmente) cómo verdadera y legítimamente necesitábamos es lo que más duele. Aceptar esta verdad puede hacer tanto daño que muchas personas no podrán empezar un proceso de indagación personal. No obstante, aceptar nuestra verdad es el único y directo camino a la liberación, sanación y transformación. La verdad sana y libera a nuestro ser esencial: Nuestra niña interior herida.
Paso 4:
Validar nuestras emociones y necesidades: dar voz a todas nuestras emociones reprimidas en infancia es vital, urgente y absolutamente liberador, sanador y transformador. Validar todas nuestras necesidades no satisfechas también es vital y urgente para que nuestro niño interior pueda confiar en nosotras ahora que somos adultas. Necesita saber y confirmar que no estaba equivocado-a necesitando eso que tanto le faltó y no pudo obtener. Necesita un aliado que le de apoyo para superar su abandono emocional. La confianza es vital para poder sanar el dolor original primario. Nuestra niña interior herida sólo nos tiene a nosotras hoy, aquí y ahora. No estaba equivocada sintiendo o necesitando eso de niña. Nunca lo estuvo. Cuando validamos al niño que fuimos empieza a sanar y dejar de manifestarse a través de nosotras.
Paso 5:
Revisar el grado de soledad: ver el grado de soledad que tuvimos que soportar y sostener en infancia y adolescencia puede ser desgarrador para algunas personas. Muchas personas pensamos que lo peor de nuestra infancia fueron los hechos, las palabras, la vivencias y algunas experiencias. No obstante, un golpe, una bofetada, un insulto o incluso un abuso… no fueron lo peor. Lo peor fue tener que vivirlo en SOLEDAD. No tener en quien poder confiar lo suficiente. Lo más traumático desde la vivencia real infantil del niño-a que fuimos, repito, no fueron los hechos y vivencias en sí mismas, sino la soledad con la que tuvimos que vivirlas. No teníamos a nadie a quien acudir, estábamos desesperadas. Los sentimientos más profundos de dolor son la soledad y la vergüenza. Estábamos avergonzadas por necesitar o sentir y por el abandono emocional de nuestros padres como si no mereciéramos su amor, o su mirada, o su presencia. Esa vergüenza conduce a la soledad. Si hubiésemos tenido la certeza de que importábamos a alguien no hubiésemos estado tan solas, tendríamos a quien acudir y en quien confiar. Si no tuvimos a quien acudir es porque nos sentíamos solas, inseguras y abandonadas. Si nos sentíamos solas e inseguras es porque nadie nos dio la suficiente seguridad ni la certeza de que merecíamos. Mamá no nos protegía lo suficiente.
Paso 6:
Nuestro sentimiento de culpa o remordimiento: ayudar a nuestro niño interior a ver y sentir que no había nada que él o ella pudiera haber hecho diferente, que NADA fue su responsabilidad ni (mucho menos) su culpa, que todo su dolor proviene de lo que le pasó y de lo que le hicieron y de todo eso que le faltó y que tanto necesitaba de niño y adolescente. También provenía del dolor de la soledad y de que nadie nombrará su verdadera realidad infantil. El niño SIEMPRE es víctima, NUNCA culpable ni responsable. Su dolor le fue infringido, ese dolor no nace ni proviene de él. Es un síntoma del vacío y abandono emocional.
Paso 7:
Permitirnos sentir enfado, odio o ira: es normal, humano, biológico, necesario, sano y totalmente legítimo sentir y expresar rabia, odio, frustración o estar enfadadas cuando muchas de nuestras necesidades y emociones fueron juzgadas, criticadas, silenciadas, ignoradas y demás… Es normal, humano, biológico, necesario, sano y totalmente legítimo sentir y expresar rabia, odio, frustración o estar enfadadas cuando se siente el maltrato en nuestras entrañas en forma de control, abuso, soledad y abandono o falta de mirada en todo nuestro ser. Tenemos derecho y es absolutamente sano sentirnos heridos si nos han herido. Lo anti-natural fue tener que negarlo, silenciarlo, reprimirlo, ignorarlo, anestesiarnos o incluso olvidarlo para dejar de sentirlo y poder sobrevivir. Olvidar ayuda a la niña-o a sobrevivir, no obstante no ayuda al adulto a sanar. Es vital trabajar en los puntos 2, 3 y 4.
Paso 8:
Permitirnos sentir tristeza y pena: Después de la ira suele venir una profunda tristeza o una gran pena por todo lo que ahora vemos, sabemos y sentimos. Nos hubiese gustado que todo fuera de otra manera. Merecíamos que todo hubiese sido de otra manera. La toma de conciencia nos duele en lo más profundo de nuestra alma y en el corazón del niño que fuimos. Sentir su dolor, su desespero y sobretodo su soledad es desgarrador y nos puede llegar a abrumar mucho, no obstante, es lo único que nos ayudará a sanarlo y liberarlo de nuestro interior. Dejará de necesitar manifestarse a través de nuestras en forma de reacciones emocionales automáticas, vacíos, gritos, enfado, depresión, tristeza, control, miedo, inseguridades, fobias, obsesiones, perfeccionismo, falta de poder de decisión, adicciones… Permitirnos sentir la tristeza y la pena de nuestra niña interior herida nos ayudará a convertirnos en la gran persona que vinimos a ser y desde allí poder dar y amar más y mejor a los nuestros.
Paso 9:
Compromiso, responsabilidad y transformación: cuando nos responsabilizamos de nuestra niña interior y nos hacemos cargo de ella y de todo lo que ahora ya sabemos y sentimos sobre ella, entonces, podremos empezar nuestro verdadero proceso de transformación personal. Sanar la Herida Primaria de nuestra niña interior es transformar todo lo que, hasta ahora, hemos hecho con todo eso que nos pasó: solemos huir, estar en el hacer, no podemos estar presentes, gritamos, pegamos, ordenamos, limitamos, controlamos, exigimos, abusamos… ¿Quieres seguir allí? No, ¿verdad? La toma de conciencia inicial pasa a ser parte activa en el proceso ahora. Necesitamos tomar nuevas decisiones conscientes aquí y ahora y responsabilizarnos de ellas hoy. Ya comprendemos y sabemos el porqué de muchas de nuestras actitudes y emociones, ahora toca hacer algo al respecto. Ahora toca ponerte en acción. Sin acción no hay transformación. Nunca es tarde para empezar a sanar y empezar a dar y amar más y mejor a los nuestros.
Paso 10:
Comprender la realidad de nuestros padres: el último paso sería comprender la realidad emocional de nuestros propios padres. Fíjate que este paso es el último y no el primero. Primero necesitamos DAR VOZ a la niña que fuiste para poder sanar su Herida Primaria. Conocer y comprender la realidad de nuestros padres no significa explícitamente tener que perdonar, justificar o defenderlos. Hay hechos, experiencias o palabras que no podremos (ni es necesario) perdonar y eso es totalmente legítimo. Lo vital es comprender que si no nos pudieron dar, ni satisfacer, ni amar como legítimamente necesitábamos es porque no PUDIERON emocionalmente hablando. No eligieron no darnos (una madre no suele decidir no dar, simplemente no puede dar o no tiene suficiente para dar). Es inmadura emocionalmente hablando por sus propias vivencias no resueltas. Es vital saber que no fue porque no mereciéramos. Quizás nos lo dieron todo desde su punto de vista, quizás nos dieron todo lo que tenían para dar, pero ese “todo” no era lo que legítimamente merecíamos, ni mucho menos, necesitábamos. Su todo quizás ni llegaba a nuestro mínimo. Por tanto, en infancia no obtuvimos lo necesario. Eso es lo verdaderamente importante y lo que necesita ser sanado: nuestro vacío emocional. No lo que que fue nombrado: discurso engañado. Quizás hubo mucha violencia activa o pasiva por parte de mamá y papá. Esa furia o abandono que descargaban sobre nosotras tampoco era por nuestra culpa, sino por la rabia y odio que ellos llevaban dentro y que finalmente pudo salir contra alguien más vulnerable. La cadena se repitió. La Herida Primaria es la distancia que hubo entre lo que legítimamente necesitábamos de niños y lo que en realidad obtuvimos. A mayor distancia, mayor herida. La herida primaria es todo lo que nos faltó y todo lo hostil que nos hicieron. Nada fue nuestra responsabilidad. Hay quienes hemos sufrido mucho y quienes menos. No haber vivido experiencias hostiles o traumáticas no significa no haber vivido abandono emocional o soledad. Sentir compasión por mamá o papá y poder perdonar es posible pero no vital para sanarnos. Hay personas muy sanas aún sin haber perdonado un abuso sexual de papá, una paliza, o sin perdonar una humillación o un abandono. Podemos llegar a comprender porqué alguien tan importante en nuestra vida como mamá o papá nos abusaron, nos insultaron, nos pegaron, nos castigaron, nos despreciaron, nos sometieron, nos olvidaron, nos abandonaron, nos entregaron o incluso no nos pudieron amar. Comprender nos libera y en muchas ocasiones, esa comprensión profunda del ser del otro nos lleva al perdón, pero no siempre es así, ni tiene porque ser así. Hay quienes han necesitado poner distancia entre sus padres (especialmente con mamá) o incluso dejar de verlos por un tiempo o para siempre. Es totalmente legítimo. Hay quienes han mejorado sus relaciones espectacularmente. Todo está “bien” (desde el punto de visto individual de cada quien) y todo es legítimo y valido. Nunca juzguemos las decisiones de alguien que no conocemos. Tener que perdonar algo imperdonable para nosotros como un abuso sexual consentido o grandes palizas, o un abandono nos puede encadenar de por vida. Quitarnos la necesidad de tener que perdonar a nuestros padres o agresores es liberador y realmente sanador. No somos responsables de lo que un adulto nos hizo siendo niñas. El adulto SIEMPRE es responsable, el niño es SIEMPRE la víctima.
HOY MISMO PUEDES EMPEZAR A SANAR LA HERIDA PRIMARIA DE
TU NIÑA INTERIOR PARA LLEGAR A SER LA PERSONA
QUE REALMENTE VINISTE A SER Y PODER CONVERTIRTE
EN LA MADRE O PADRE QUE TUS HIJOS NECESITAN.

Sanar la Herida Primaria (de tu niña interior) te permitirá responsabilizarte HOY de todo eso que te pasó y te faltó para poder liberar a esa niña interior herida que aún habita en ti y permitirte llegar a ser la madre o padre que tus hijos necesitan y la persona que viniste a ser. Lo más importante no es aquello que te pasó, sino lo que hiciste con ello siendo niña/o, cómo te sigue afectando a día de hoy y qué eliges hacer HOY con todo ello. El punto 9 es la clave.

lunes, 19 de agosto de 2024

 

CUANDO NO SEPAS QUÉ HACER, 
NO HAGAS NADA
--Una historia budista--
Buda y sus discípulos emprendieron un viaje por diversos territorios y ciudades. 
Un día en que el sol brillaba con todo su esplendor, vieron a lo lejos un lago y se detuvieron, asediados por la sed. Al llegar, Buda se dirigió a su discípulo más joven e impaciente y le dijo:
–Tengo sed. 
¿Puedes traerme un poco de agua de ese lago?
El discípulo fue hasta el lago, pero cuando llegó, 
un carro de bueyes comenzaba a atravesarlo y el agua, poco a poco, se volvía turbia.
 Ante esto, el discípulo pensó:
 «No puedo darle al maestro esta agua fangosa para beber», por lo que regresó y le dijo a Buda:
–El agua está muy fangosa. No creo que podamos beberla.
Pasado un tiempo, Buda volvió a pedir al discípulo que fuera hasta el lago y le trajera un poco de agua para beber. El discípulo así lo hizo. Sin embargo, el lago todavía estaba revuelto y el agua perturbada. Regresó y con un tono concluyente dijo a Buda:
–El agua de ese lago no se puede beber, será mejor que caminemos hasta el pueblo para que sus habitantes nos den de beber.
Buda no le respondió, pero tampoco realizó ningún movimiento. Permaneció allí. Al cabo de un tiempo, le pidió al mismo discípulo que regresara al lago y le trajera agua. 
Éste, como no quería desafiar a su maestro, fue hasta el lago; iba furioso, pues no comprendía porqué tenía que volver, si el agua estaba fangosa y no podía beberse.
Al llegar, observó que el lago había cambiado su apariencia: tenía buen aspecto, lucía calmo y cristalino. Recogió un poco de agua y se la llevó a Buda, quien antes de beberla la miró y le dijo a su discípulo:
–¿Qué has hecho para limpiar el agua?
El discípulo no entendía la pregunta. Él no había hecho nada, era evidente. Entonces, Buda lo miró y le explicó:
–Esperaste y la dejaste ser.
 De esta manera, el lodo se asentó por sí mismo y ahora tienes agua limpia. 
¡Tu mente también es así! 
Cuando se perturba, sólo tienes que dejarla estar.
 Dale un poco de tiempo. No seas impaciente.
 Todo lo contrario: ¡sé paciente!
 Tu mente encontrará el equilibrio por sí misma. 
No tienes que hacer ningún esfuerzo para calmarla. Todo pasará si no te aferras.

jueves, 11 de abril de 2024

La preocupación es...
como el rezo para que algo ocurra, es igual que la fe y tienen la misma potencia.
Recuerde que el Universo NO distingue si algo es bueno o malo para usted,
él solo responde al tipo de energía en la que usted se ha convertido. Si no quiere preocuparse, manténgase ocupado, ocúpese en algo, pues la única manera de lograr objetivos, es superando los ataques de ansiedad y preocupación y enfocando toda su energía en lo que Sí desea.
Por eso, sepa que usted es el único responsable de aquello que le está aconteciendo.
Usted es el responsable en su totalidad, de aquello que llama su “suerte”; todo lo que teme y tiene miedo de que le vaya a pasar, es lo que puede suceder.
El Universo es un campo fértil que manifiesta todo aquello en lo que usted se ha convertido, por eso Jesús, el más grande maestro que ha pisado la Tierra decía “no niegues el mal, afirma el bien”, porque conocía y entendía perfectamente las leyes del universo.
Todo aquello que usted teme, tiene igual de potencia que todo aquello que usted anhela.
Vigile sus sentimientos, sus pensamientos, sus palabras y en aquello en lo que se está convirtiendo.
Bendecido camino.

martes, 9 de abril de 2024

La vida no es tan complicada, nosotros somos los que la complicamos y nos exigimos a veces cosas absurdas que ha impuesto la sociedad y sus modas.
Por favor, no se presione pensando en TIENE que descubrir el propósito de su vida.
En que TIENE que ser alguien
(usted ya es alguien, siempre lo ha sido).
En que su misión en esta Tierra TIENE que ser extraordinaria.
En que TIENE que tener cosas extraordinarias, un buen trabajo, una familia de retrato, perfecta, envidiable y sin conflictos.
En fin, no se presione por creer que tiene que tener todo en orden: Desde su mente, su cuerpo y su alma, hasta sus cuentas bancarias y todos sus documentos.
Yo hoy le puedo decir algo que espero le sirva para cuando sienta que se ahoga en responsabilidades y no ve la luz:
Está bien NO estar bien a veces.
Muchas veces. Las veces que sean necesarias.
Que aunque su mente, su cuerpo y sus asuntos sean un caos, usted no tiene por qué sentirse menos.
Que aunque tenga fracasos en una que otra esquina, son más sus metas cumplidas, son más sus ganas de aspirar a una mejor vida, a tener calidad en todo su alrededor y a poder disfrutar de los placeres de la vida.
Su propósito en esta vida, es llegar a conocerse para poder ser libre, libre de etiquetas, de rencores, de maldad y de traiciones. Libre para sonreír, gozar, crecer, crear y compartir.
Su único propósito en esta vida, es amarse y ser fiel a lo que anhela, ser FELIZ los más momentos que se pueda.
Usted no TIENE que esforzarse constantemente para ser alguien en esta vida o en la próxima, porque usted YA ES, SIEMPRE FUE y SIEMPRE SERÁ.

El Paraíso Perdido y el Valor de lo que Tenemos.

La historia de Adán y Eva en el paraíso no solo es un relato bíblico, también es un espejo de nuestra vida diaria. Ellos lo tenían todo: abu...